El circuito maldito de Márquez

El español, dominador total de MotoGP, no ha ganado nunca el Gran Premio de Austria

Laura Marta

En seis temporadas completas en MotoGP, cinco títulos. En 118 carreras de la categoría reina, cincuenta victorias. En diez Grandes Premios de 2019, seis victorias. Y a pesar de todo, Marc Márquez todavía tiene una tarea que tachar en ese extenso palmarés: nunca ha ganado el Gran Premio de Austria. Quinto en 2016, segundo en 2017 y segundo en 2018, es un circuito esquivo para el de Honda, al menos hasta el momento.

En este curso en el que tiene agarrado ya medio título, Márquez ha demostrado saber ganar en las plazas más difíciles. Incluso en las que, por estadística, historia y referencias, él marcaba como para «no perder puntos». Así ganó en Brno el domingo pasado, con una superioridad que casi ha dejado de impresionar. Asumido el rol de segundón de sus más inmediatos rivales –Andrea Dovizioso, segundo en el campeonato, está a 63 puntos–, lo único que les queda es aplazar cuanto puedan un alirón que ya deben esta preparando en Cervera. Y para el español, ávido de más y más carreras con las que hinchar el orgullo y la ambición, Austria es justo lo que necesita.

«La clave es que Marc no se concentra en estos números o estos récords, sólo en cómo ser lo más rápido posible y conseguir el mejor resultado. Trabaja día tras día, en cada carrera, cada semana, intentando ganar carreras y campeonatos. Ese enfoque, hasta ahora, ha llevado a muchos números impresionantes para Marc y para Honda», comentó Alberto Puig, manager del equipo.

Pero si ya la falta de una victoria no fuera suficiente provocación, el circuito de Red Bull de Spielberg solo ha visto una moto ganadora desde su regreso al Mundial, la Ducati. Fueron Andrea Iannone en 2016, Andrea Dovizioso en 2017 y Jorge Lorenzo en 2018 los que se llevaron el galardón principal. Otro de esos alicientes que despiertan en Márquez el gen de la competitividad. «Aunque no haya ganado es un circuito que me gusta mucho. Vamos a tratar de estar preparados para luchar por la victoria. Pienso que este año no serán solo las Ducati las que pueden ir fuerte si no que estarán también las Yamaha y otras», señaló el líder del Mundial, confiado en acabar con el dominio de la marca italiana en Austria.

Muy rápido en los libres

Esa dictadura de Ducati en Spielberg no es casualidad, pues es un trazado con grandes rectas para que la moto italiana dé rienda suelta a su potencia y de intrincadas curvas que obligan a frenadas fuertes. «He tenido carreras emocionantes allí [en Austria] así que este año también será interesante», asumía Márquez, quizá rememorando que fue quien ahora lo acompaña al otro lado de su garaje quien lo batió en duelo el año pasado. O quizá esa última vuelta mano a mano con Dovizioso que se llevó el italiano en la última curva en 2017. Lo que es seguro es que exprimirá de nuevo la Honda y su propio carácter para que, esta vez, los últimos metros lleven su nombre.

Para empezar, Márquez se lució ayer en los en los primeros entrenamientos libres, marcando el mejor tiempo y demostrando que ha aterrizado en Austria con las ideas muy claras. El español realizó un simulacro de carrera con buenas sensaciones, buscando dejar atrás el maleficio que le ha impedido ganar hasta ahora en Austria.

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